Liu Heng (Beijing,1954) es un destacado escritor chino, traducido y publicado en varios países, al que podemos conocer en Chile gracias a Crann Editores que publicó “La maldita comida”, volumen que compila cuatro intensos y atractivos relatos de largo aliento. Liu Heng está considerado como uno de los representantes del neorrealismo chino, tendencia que pretende retratar la vida común y corriente de las personas con sus distintos matices y problemas, desde lo sublime hasta lo más despreciable. Una tendencia que en los últimos años también ha dado cuenta de los cambios y dificultades asociadas al crecimiento económico. Como ocurre con otros narradores chinos actuales gran parte de sus historias están ambientadas en espacios rurales que lentamente se están incorporando a la modernidad, ya sea a través de nuevas tecnologías, construcciones renovadas o acceso a medicinas que compiten con las tradiciones ancestrales. Asimismo, la cuatro historias tienen como eje a parejas de esposos o amantes a las que la adversidades y las dificultades materiales parecen alejar de las expresiones más elementales de la felicidad.
El primer relato del conjunto —“La maldita comida”—, está centrado en Yang Tiankuan un campesino pobre que cambia un saco con cien kilos de arroz por una mujer poco agraciada que padece de bocio. Pese a las burlas de sus vecinos, Yang se casa con ella y con el paso del tiempo construye una relación impulsada por algo parecido al cariño y a los esfuerzos comunes por sobrevivir. La mujer, rezongona y malhablada, da un nuevo ritmo a la vida anodina de Tiankuan. La pareja se consolida y afronta los vaivenes de la vida casi con el único desafío de conseguir la comida que necesitan ellos y los hijos que llegan hasta conformar una numerosa familia.
La segunda historia “El cubrecama blanco” es protagonizada por Zhou Zhaolu un investigador médico que goza de un buen prestigio en su medio y en el instituto donde trabaja. Zhou es traductor y experto en medicina tradicional china. Lleva una vida tranquila hasta que aparece Hua Naiqian una joven y sensual colega de trabajo de la que se siente atraído y con la cual inicia una relación marcada por el deseo, la culpa y el miedo. Ambos son casados y además tienen una carrera profesional que cuidar en un medio que castiga a los que se apartan de las normas sociales convencionales . “El cubrecama blanco” es un relato que podría deslizarse por el camino fácil de los lugares comunes, pero que sortea esta posibilidad mediante la elaboración y desarrollo adecuado de las personalidades de los amantes, y de la relación que puede establecerse entre el amor o la pasión, y el poder, las ambiciones y el deseo de sobresalir en el medio social en el que se vive.
La tercera historia “Fuxi Fuxi” nos devuelve a la vida campesina y nos plantea un singular trío entre un pequeño terrateniente cincuentón, Yang Jinshan, su joven y delicada esposa Wang Judou, y un sobrino del campesino llamado Yang Tianqinq, quien a medida que va dejando la adolescencia comienza a sentirse atraído por los encantos de su joven “tía” que apenas lo supera en un par de años. El conflicto se desata en varios frentes. Yang que desea tener un hijo y a la vez es incapaz de fecundar a su esposa, comienza a golpearla brutalmente. Ella se refugia en el sobrino y a poco andar queda embarazada y es madre de un hijo que el terrateniente cree que es suyo. La vida de los tres personajes sigue acompañada de la mentira, las pasiones ocultas y el inevitable paso del tiempo. La variedad de hechos y sentimientos que acompañan a los personajes es imposible de reseñar. La vida tiene sus giros y apariencias, y los sentimientos muchas veces llevan a tomar malas decisiones. Al igual como ocurre en la segunda historia mencionada en esta nota, en “Fuxi Fuxi” Liu Heng convierte un triángulo muchas veces abordado en la literatura o el cine en una historia de acentos singulares. Esta novela, con el título de “Judou, amor secreto” fue llevada al cine en 1990 por el conocido cineasta Zhang Yimou y fue nominada al Premio Óscar en la categoría de mejor película extranjera.
“La feliz vida del charlatán Zhang Damin” es la cuarta historia del volumen y en ella conocemos a Damin un parlanchín operario de una tienda de pinturas cuyo principal anhelo en la vida es hacer feliz a su esposa y a los disímiles integrantes de su familia. El primer obstáculo es el tamaño de la casa en que vive Damin y su gente; problema incrementado a partir del casamiento del protagonista y uno de sus hermanos. La vida es compleja pero no debemos perder de vista ser felices, parece ser la idea final que nos plantea Liu Heng en esta historia que, entre otros méritos, cuenta con un humor constante que traspasa incluso la situaciones más dramáticas del relato. El espacio del hogar, las carencias de alimentos, las difíciles relaciones sentimentales, los problemas laborales, las inclemencias climáticas y las enfermedades de los viejos, son parte de una serie de problemas que una y otra vez amenazan contra la armonía de esta familia y especialmente de Damin. Sin embargo, Damin tiene un optimismo a prueba de golpes o fracasos, y al final de la novela tiene tiempo para enseñar un par de cosas a su hijo: “Si alguien te dispara no hay nada que puedas hacer. Tan solo mueres. Si nadie te dispara, vivirás y vivirás bien”.
De la narrativa China actual sabemos poco en Chile y por lo mismo es destacable la publicación de los relatos de Liu Heng realizada por Crann Editores y traducidos por Alberto Torres López. Liu Heng es un autor que sabe dar estatura literaria a una serie de aspectos comunes de la vida cotidiana. Sus personajes tienen complejidad y son atractivos, tanto como las situaciones en las que se involucran. Los brillos y las sombras de la condición humana expuestos a través de la vida china en distintas épocas y circunstancias. Un buen y recomendable hallazgo.
Foto: Raúl Goycolea / El Mostrador
Texto: Ramón Díaz Eterovic / Letras s5